Del mismo modo que es importante que nos cuidemos y sigamos una alimentación saludable y variada a lo largo de toda la vida, durante el embarazo hay determinadas recomendaciones que son especialmente importantes tanto para la salud de la mujer como para la del niño. ¡Repasémoslas!
Claves de una alimentación saludable
Una alimentación saludable se basa, en primer lugar, en el consumo de alimentos de origen vegetal, preferentemente frescos y mínimamente transformados, como por ejemplo fruta fresca, hortalizas, legumbres, frutos secos, farináceos integrales (pan, arroz, pasta, etc.) y aceite de oliva. Por otro lado hay que destacar, en menor medida, la presencia en la dieta de pescado, carnes magras y blancas, huevos y lácteos (leche, yogur natural y queso). La bebida habitual debe ser el agua.
4 normas básicas
- Las comidas deben repartirse correctamente y hacer entre 4 y 5 a lo largo del día
- Se debe evitar el alcohol, así como las bebidas estimulantes (café) y los refrescos azucarados
- Se debe moderar el consumo de sal y, en caso de tomar, tiene que ser yodada
- Se deben evitar los azúcares y los alimentos procesados y ultra procesados
¿Qué alimentos deben evitarse durante el embarazo?
- Alimentos crudos de origen animal, como el pescado o el carpacho o el huevo
- La leche y los derivados lácticos que no han sido pasteurizados
- Alimentos con huevo crudo o poco cocinado (determinadas salsas)
- Embutidos crudos que no han sido muy cocinados
- Peces depredadores de medida grande, como el emperador o el atún rojo
- Pescado ahumado, excepto si ha sido posteriormente cocinado
En este sentido, además de evitar los alimentos anteriores, es importante seguir unas determinadas pautas de higiene y de seguridad alimentaria, para asegurar que los alimentos son aptos para su consumo. Así pues, en primer lugar, es muy importante tener las manos limpias antes y después de manipular los alimentos.
En segundo lugar, cuando se manipulan alimentos se deben separar aquellos que están crudos de los cocidos, así como utilizar utensilios diferentes para cocinarlos. Y es que los alimentos crudos pueden contener determinadas bacterias que podrían contaminar el resto de comida. Por otro lado, la cocción también es clave en la seguridad alimentaria. Nos tenemos que asegurar que, especialmente, la carne, el pescado y los huevos están bien cocidos. Se recomienda que la temperatura llegue a los 85°. Finalmente, lo mejor es cocinar justo antes de comer, pero en el supuesto de que no sea posible, se debe guardar siempre en la nevera y no dejarlos nunca más de 2h a temperatura ambiente.
*Fuente de información: Canal Salud de la Generalitat de Cataluña y Agencia de Seguridad Alimentaria