Estamos seguros de que nadie puede resistirse a una croqueta o más bien ¡a más de una! Y es que no existe comida que guste tanto a pequeños como mayores, como las croquetas. Crujientes, fundentes y deliciosas son perfectas para cualquier momento. ¿Cuáles son tus favoritas? ¿De pollo, de jamón, de espinacas, de carn d’olla, de bacalao, de setas, de gambas? En el siguiente post te contamos cuál es la forma correcta de freírlas correctamente para que puedas disfrutar de esta delicia.

Trucos para conseguir las croquetas perfectas

A continuación te proponemos 4 formas diferentes de cocinas unas suculentas croquetas en casa:

  • Freídora: Caliente el aceite a 180 grados y déjalas entre 2 y 3 minutos. Posteriormente, absórbelas con papel de cocina.
  • Air fryer: Precalienta el air fryer a 200 grados. Unta con un poco de aceite las croquetas para conseguir un buen color. Cocínalas entre 7 y 10 minutos.
  • Horno: Precaliente el horno a 200 grados. Colócalas en un papel especial para horno para evitar que se peguen. Cocínalas durante 7 minutos y después dales la vuelta y cocínalas 7 minutos más.
  • Sartén: Escoge la sartén más pequeña, de esta forma, necesitarás menos aceite. Utiliza un aceite suave para que el sabor final no sea muy fuerte.

 ¿Por qué se rompen las croquetas al freír?

Seguro que alguna vez te has hecho esta pregunta y es que da mucha rabia que las croquetas se abran y se rompan cuando las fríes. ¿Quieres saber por qué pasa? Pues tiene que ver con la temperatura del aceite que no es suficientemente alta. Así que ya lo sabes, para freír correctamente las croquetas el aceite debe estar a temperatura elevada. Lo ideal es que esté entre 175 y 180 grados.

¿Cuánto tiempo hay que calentar el aceite para freír?

Si no tienes muy claro cuándo el aceite está caliente puedes hacer una cosa: coge un poquito de rebozado, o pan rallado y échalo dentro de la sartén. Si empiezan a salir burbujitas alrededor del pan y este sube a la superficie, ¡tienes el aceite listo para freír!

 ¿Qué país inventó las croquetas?

Aunque en nuestro país las croquetas están muy arraigadas, fue un invento francés. Su nombre procede del verbo francés croquer, que significa crujir y de la variante en femenino y diminutivo croquete, que se podría traducir como algo así como ‘crujientita’. De todos modos, no está claro el año de su invención, ni tampoco de cuándo llegó a España.

Lo que sí que tenemos claro es que hoy día en nuestro país las croquetas están en todas partes: de pollo, de carn d’olla, de jamón, de setas, de espinacas hasta de gambas, queso con cebolla pochada, tinta de calamar y es que existen sabores para todos los paladares.

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