Ya tenemos aquí el verano y esto es sinónimo de la mejor fruta dulce o fruta de hueso: melocotones, nectarina, paraguayos, albaricoques o ciruelas. ¿Cuál es tu preferida? A continuación damos un repaso porque las puedas disfrutar todas. ¡Vamos allá!
Las frutas de hueso más famosas
Melocotón: La fruta de hueso por excelencia: de forma redondeada y un poco voluminosa, tiene la piel aterciopelada. Se pueden distinguir tres variedades de melocotones: blancos, de agua y de viña.
Nectarina: es una variante del melocotón con piel no aterciopelada. En muchas ocasiones esta variedad nace del propio árbol del melocotón, como un brote mutado que se suele injertar para crear una nueva especie. Es habitual que los melocotoneros produzcan, de vez en cuando, unas cuántas nectarinas.
Paraguayo: Muy similar al melocotón, pero de forma aplastada. Respecto a su sabor es más dulce.
Albaricoque: De piel aterciopelada, de color amarillo con toques anaranjados. Es una fruta de tamaño pequeña, en comparación con las tres anteriores.
Ciruela: De medida diversa, las ciruelas tienen la piel reluciente y pueden ser amarillas, rojas, negras y verdes. En cuanto a su sabor pueden ser o muy dulces o encontrar variedades más ácidas.
Unas frutas muy versátiles
La fruta de hueso es súpersaludable: es fuente de fibra, vitaminas y minerales, además de ser muy hidratante. Es por eso que estas frutas son perfectas ahora que hace más calor y las puedes consumir de muchas maneras, más allá de comértelas sueltas de postre o a media mañana.
Son ideales para preparar batidos, como por ejemplo de cerezas y horchata, helado, de nectarina o de melocotón, y sorbetes. También puedes combinar estas frutas con productos salados: dentro de una ensalada, en forma de brocheta o, incluso, combinarlas con carne o pescado. ¿Quieres descubrir estas y otras deliciosas recetas? ¡Encuéntralas en nuestro recetario!