Empieza para disolver el azúcar dentro del agua tibia y, a continuación, añade la levadura. Deja que se activen durante 10 minutos. Por otro lado, mezcla las harinas y la sal, añade el líquido y pasta la mezcla durante unos 5 minutos. Déjalo reposar 1 h con unas gotas de aceite de oliva y un trapo por encima.
Mientras tanto, calienta el horno a 200 °C y cuece los calçots durante 20 minutos, a media cocción gíralos. Después, enróllalos en papel de diario para que se acaben de cocer.
Corta la masa por la mitad y forma dos bolas, déjalas reposar 30 minutos más.
Limpia los calçots sacando la primera capa exterior y córtalos a trozos más pequeños.
Estira la demasiada, pon la salsa romesco en la base, los calçots, la morcilla cortada a trocitos, la mozzarella y unas gotas de aceite de oliva.
Cuece la pizza a 200 °C con calor arriba y abajo, y pon la bandeja en la parte más baja sin tocar la base del horno. Después de 7-9 minutos, sube la pizza más arriba para que se tueste la parte superior.
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