Precalienta el horno a 180 °C con calor arriba y abajo. Unta un molde tipo quiche con un poco de mantequilla.
Lava los albaricoques, pártelos por la mitad y quítales el hueso.
Coloca la mantequilla cortada en dados y el azúcar en el fondo del molde. Pon los albaricoques por encima.
Hornea durante 40-45 minutos hasta que empiecen a caramelizarse, vigilando que no se quemen.
Retira del horno y cubre con la masa brisa. Encaja bien los bordes y haz un pequeño corte en el centro para que no se infle.
Vuelve a hornear unos 20 minutos más, hasta que la masa esté dorada y crujiente.
Deja templar ligeramente y gira con cuidado el molde sobre un plato grande.
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