crucíferes

¿Cuáles son las verduras crucíferas?

Estamos seguros de que muchas veces habrás escuchado hablar sobre las crucíferas, pero, ¿sabes realmente qué verduras forman parte de este grupo de hortalizas? En el siguiente post, te damos toda la información que necesitas para convertirte en un experto en crucíferas. ¡Sigue leyendo!

¿Quién es quién? 9 verduras crucíferas

A continuación te contamos cuáles son las crucíferas más famosas:

  • Brócoli: De color verde intenso y brotes florales agrupados
  • Col: De hojas gruesas de color verde clarito
  • Col kale: también conocida como col rizada, de color verde oscuro
  • Bróquil: De color verde clarito, con brotes florales agrupados de forma muy compacta
  • Coliflor: De color blanco y brotes florales agrupados en forma de flor
  • Col de Bruselas: Coles pequeñas de color verde oscuro
  • Bimi: Pariente del brócoli. De color oscuro y brotes pequeños
  • Romanesco: Un híbrido entre el brócoli y el bróquil, de color verde brillante y forma de espiral
  • Col lombarda: De aspecto parecido a la col, pero de color lila

¿Sabías que los rábanos, los nabos y la rúcula también forman parte de la familia de las crucíferas?

¿Cómo comer las crucíferas?

Estas verduras son ideales para comer hervidas, salteadas, al vapor, al horno o en forma de crema. Pero también puedes innovar con esta receta que te propone Cintet: ¡pan de brócoli!

Si quieres saber por qué son tan saludables las crucíferas y el papel que juegan en la prevención de determinadas enfermedades como algunos tipos de cáncer, ¡no te pierdas este post!

 5 curiosidades de este grupo de verduras

  • Las coles ya se cultivaban en la antigüedad por los Egipcios, 2.500 años a.C.
  • El nombre de brócoli o bróquil proviene del italiano ‘brocco’ que significa brote
  • Estas verduras son típicas de la temporada de invierno
  • Según algunos escritos, el nombre de col de Bruselas procede del lugar donde se empezaron a cultivar hace más de un siglo: en el norte de Francia y Bélgica, cerca de Bruselas.
  • El rábano tiene un sabor un poco picante debido a su contenido en glucosinolatos

 En tu tienda habitual Ametller Origen y en la tienda online encontrarás las mejores crucíferas frescas


calçots

Conviértete en un experto en calçots

Si te preguntan “¿cuál es la hortaliza de temporada típica que se acompaña con una deliciosa salsa?”, estamos seguros de que responderás los calçots. Y es que si algo bueno tiene esta joya culinaria, es que además de ser deliciosa y unir familiares y amigos alrededor de una mesa para celebrar las famosas calçotadas, es súper rica en nutrientes y muy beneficiosa para tu salud. ¡A continuación te lo contamos!

 Propiedades de los calçots

Podemos decir que los beneficios de los calçots son parecidos a los de la cebolla:

  • Elevado contenido en agua: es muy rico en agua, lo que hace que el calçot tenga un aporte calórico muy bajo.
  • Fuente de fibra: son muy ricos en fibra, lo que ayuda a tu tránsito intestinal, regula el estreñimiento y cuida tu microbiota.
  • Vitamina C: el calçot es una fuente importante de vitamina C, un potente antioxidante que ayuda a mantener tus células jóvenes. De todos modos, vigila cuando cocines los calçots, porque si alargas mucho su cocción puede que pierdan parte de la vitamina C.
  • Vitamina A: esencial para la piel, el pelo y la vista.
  • Potasio: destaca el aporte de potasio, fundamental para el funcionamiento correcto de los músculos.
  • Fósforo: mineral imprescindible para el sistema nervioso.

¿Cómo y cuándo se plantan?

¿Sabías que los calçots son los brotes tardíos de la cebolla? Pero vayamos por pasos: primero debemos plantar la cebolla y esperar que crezca. Cuando sea el momento la recolectamos y dejamos secarla. De nuevo plantamos la cebolla y la cubrimos con un poco de tierra y la vamos regando. A partir de aquí debes ir calzando los brotes, es decir, ir cubriéndolos de tierra de manera que el brote se irá alargando en busca de la luz del sol. Para calzar los calçots lo puedes hacer manualmente o con un tractor; y debes hacerlo unas dos o tres veces. En la siguiente infografía verás todo el procedimiento en detalle:

 

El origen del nombre 

Como te habrás imaginado el nombre de los calçots procede de la acción de calçar (calzar) los calçots, es decir, cubrirlos de tierra de manera que la planta se alarga y alarga adquiriendo su característica forma delgada.

El origen de los calçots

Ahora que ya conoces cuáles son sus principales propiedades y cómo se cultivan, debes saber el origen de esta verdura. Los calçots son típicos de Cataluña, aunque es cierto que cada vez más regiones de España están incorporando esta comida, concretamente de Valls en Tarragona. Según se dice, un campesino puso un par de cebollas grilladas en la parrilla y se le quemaron. En vez de tirarlas, empezó a pelarlas y descubrió un alimento delicioso que se convirtió, posteriormente, en una comida habitual de la zona. De todos modos, tenemos que decirte que existen otras historias que dicen que los romanos ya comían calçots.

¿Cómo se cocinan los calçots?

Siempre que pensamos en calçots nos viene a la cabeza la típica calçotada, con los deliciosos calçots cocinados a la brasa. Sí, tienes razón, esta es una de las formas más habituales de cocinarlos, pero existen otras formas igual de buenas. Pero vayamos una por una:

A la brasa

¿Preparado para una buena calçotada? A continuación te detallamos cuáles son los pasos que debes seguir para cocinar unos buenos calçots a la brasa:

  • Limpia bien los calçots: que no tengan tierra, corta un poco las hojas y también las raíces.
  • Colócalos encima de la parrilla, con las hojas en la parte superior y la parte blanca más cerca de la llama.
  • Déjalos unos 7-8 minutos y cuando empiecen a silbar, es decir a hacer ruido, gíralos y déjalos, de nuevo, unos 7- 8 minutos más.
  • Cuando empiecen a dejar agua ya los puedes quitar sin quemarte.
  • Envuélvelos con papel de periódico para mantener el calor y déjalos reposar para que se acaben de ablandar aproximadamente una hora.
  • Pasado este tiempo ya los puedes servir.

¿Cómo se comen los calçots?

Ahora que ya los tienes preparados, debes saber que los calçots a la brasa se comen de una manera concreta. Se cogen con una mano; se les quita la primera capa de piel, siempre por debajo, nunca tires de las hojas, se sumerge la punta con salsa y se alza el calçot para comerlo.

calçots

Ahora que ya sabes cómo comer los calçots en una calçotada, debes saber que el festín no se acaba aquí. Después de los calçots es tradición comer carne a la brasa, como butifarras, cordero, todo ello acompañado de pan tostado y un buen vino blanco siempre servido en porrón.

Escalivados 

Otra opción es escalivarlos; en vez de a la brasa se preparan al horno y el procedimiento es bastante parecido:

  • Limpia bien los calçots.
  • Ponlos dentro del horno a máxima potencia durante unos 30-35 minutos.
  • Pon en la base del horno una bandeja para que recoja el agua que van dejando.
  • Ve controlándolos: la idea es que queden tostaditos por fuera y blandos por dentro.
  • Pasados los 35 minutos, quítalos del horno y ya los tienes listos para comer.

 Otras recetas con calçots 

Más allá de la famosa calçotada, esta hortaliza es muy versátil y se puede utilizar en la cocina de diferentes formas. Una buena opción es preparar una quiche de calçots o una tarta salada. Otra forma es saltearlos un poco e incorporarlos en una tortilla, con un poco de alcachofas, que ahora también están de temporada. Como acompañamiento también son ideales: rebozados, en tempura o al horno para tus platos de carne o pescado. Y si eres friolero, te encantará preparar una crema de çalçots; igual que la vichyssoise, pero con calçots.

 ¿Cuánto es una ración por persona?  

Una ración de calçots es, aproximadamente, unos 12 o 15 calçots por persona, lo que equivaldría a unos 200g-250g. Puedes comer más, pero debes vigilar porque esta hortaliza puede provocar gases y un consumo excesivo puede dificultar la digestión (sobre todo si los mezclas con mucha salsa).

¿Cómo escoger el mejor calçot? 

El mejor calçot es aquel que no es ni muy fino ni muy grueso y te contamos por qué: los calçots finos una vez les quitas las primeras capas quedan en nada, mientras que los que son muy gruesos pueden ser difíciles de masticar y quedar duros.

Ahora que te has convertido en un experto en calçots, no dudes en incorporar esta verdura de temporada en tu día a día. Pruébalo de diferentes formas y déjate seducir por su sabor dulce y textura tierna; estamos seguros de que te encantará.

 ¿Por qué son tan buenos los calçots de Ametller Origen? 

Cultivamos nuestros calçots en una zona con un suelo arcilloso muy compacto ideal para este tipo de cultivo. Asimismo, calzamos los calçots hasta tres veces; en enero, febrero y marzo y no los regamos demasiado, pues el invierno acostumbra a ser una época de lluvia. Finalmente, los cosechamos en su punto óptimo y los puedes encontrar en nuestras tiendas físicas y en la tienda online en menos de 24 horas.

 

Disfruta de esta joya de la cocina catalana con los mejores calçots. Además, también los tenemos al horno, escalivados y hasta croquetas y pizza de calçots. ¡Disfrútalos!