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5 maneras de reducir el desperdicio alimentario

Seguro que alguna vez te ha pasado: haces la compra semanal y, a finales de semana cuando revisas la nevera, muchos alimentos siguen allí… Además, algunos productos frescos se han estropeado. ¿Te suena? ¿Qué puedes hacer para reducir el desperdicio alimentario? Coincidiendo el día 29 de septiembre con el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, te damos algunos trucos para planificarte mucho mejor, así como algunas ideas sostenibles para que puedas aprovechar mucho mejor los alimentos.

¿Cómo puedes reducir el desperdicio alimentario?  

Es más fácil de lo que parece. Atento a los siguientes consejos que te ayudarán a reducir el desperdicio alimentario antes de ir a comprar, cuando estés en el supermercado y en casa:

Antes de ir al supermercado:

  1. Comprueba la nevera y la despensa y prepara una lista: revisa la nevera, el congelador y la despensa y apunta solamente aquellos productos que realmente necesitas para evitar comprar alimentos que después no tendrás tiempo de consumir. Ten en cuenta las personas que sois en casa y las cantidades necesarias.
  2. Planifica un menú semanal: programa un menú semanal para ti y tu familia. De esta manera evitarás improvisar y sabrás exactamente qué necesitas comprar. ¡Es súper cómodo y te ayudará muchísimo! En este post te explicamos cómo elaborar un plato saludable y cuáles son los ingredientes que debe llevar.

En el supermercado:

Como te hemos comentado anteriormente, la lista que has preparado será tu mejor aliada en el supermercado. Compra únicamente aquello que tengas anotado (no te preocupes si añades uno o dos productos que no contemplabas), recuerda que la idea básica es tener una buena organización para después no tirar la comida.

En casa:

3. Etiquetas del producto: es importante que tengas presente la diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente, pues son cosas muy diferentes y que seguro te ayudarán a reducir el desperdicio alimentario.

    • Fecha de caducidad: indica cuando un producto o alimento deja de ser seguro para el consumo
    • Fecha de consumo preferente: indica hasta la fecha que el producto está perfecto en lo que se refiere a textura, aroma o sabor. Una vez superada esta fecha, el producto es totalmente seguro para su consumo pero, a lo mejor, es menos sabroso o ha perdido su textura original.

4. Almacenaje, orden y limpieza: guardar correctamente los alimentos es importantísimo para garantizar su correcta conservación. A continuación te damos algunos tips que te pueden servir para reducir el desperdicio alimentario:

      • Coloca los alimentos que caducan antes en la parte delantera de la nevera, de esta manera los consumirás en el orden correcto.
      • Guarda los alimentos en su lugar específico de la nevera. Los productos frescos, como las frutas y hortalizas, tienen un cajón concreto para almacenarlas, así como la carne y el pescado.
      • Alarga la vida de tus alimentos congelándolos.
      • Mantén la nevera, el congelador y la despensa limpios para que tus alimentos no se estropeen.

Si te sobra comida guárdala correctamente en la nevera bien tapada.

5. Prepara nuevos platos y crea nuevas recetas: si un día te sobra comida puedes guardarla para comerla en los próximos días o preparar otros platos o crear nuevas recetas. Con las verduras del caldo prepara una crema de verduras, con las sobras de un pollo asado cocina unas croquetas o convierte la macedonia que te ha sobrado en un delicioso batido.

 Otra opción es preparar una comida o cena de sobras, es decir, comer todos aquellos platos que nos han sobrado a la largo de la semana. Es una buena idea también para inculcar a los más pequeños de la casa la necesidad y la importancia de reducir el desperdicio alimentario.

Y tú, ¿qué acciones llevas a cabo para reducir el desperdicio alimentario?

Descubre lo que hacemos en Ametller Origen en femcami.org.


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Tips para evitar el desperdicio de frutas y verduras

Las frutas y las verduras, al tratarse de productos frescos, se estropean más fácilmente, ya sea porqué llevan mucho tiempo fuera del árbol o del campo y ya han madurado o por qué no las hemos almacenado correctamente. Se calcula que el 80% de los alimentos que se tiran en la basura en nuestro país son frutas y verduras. Te damos algunos trucos para reducir el desperdicio alimentario.

¿Qué frutas y verduras debemos guardar solas?

Aunque parezca mentira hay determinadas frutas y verduras que no podemos guardar junto con otras piezas en la nevera o fuera de ella. Algunos vegetales desprenden determinadas sustancias que hacen que las de alrededor maduren más rápidamente o se pudran. ¡Sí, tal y como lo lees! Es el caso especialmente de los plátanos y las manzanas. Su elevado contenido en etileno, un gas considerado como la hormona del envejecimiento, hace que aquellas frutas ya maduras almacenadas a su lado se envejezcan rápidamente. ¿Te ha pasado alguna vez? Pues bien, ahora ya sabes la solución; almacena los plátanos y las manzanas por separado de otras frutas y reduce así el desperdicio alimentario.

También es el caso de algunas hortalizas. ¿Sabías que las patatas y las cebollas no se pueden guardar juntas? Es cierto que son dos vegetales con una misma durabilidad y por esto tendemos a almacenarlas en el mismo sitio, pero las patatas, como algunas frutas, dejan etileno, lo que perjudica las cebollas. ¡Así que vigila donde las guardas!

Otra de las verduras con las que debes vigilar son los tomates; a medida que van madurando emiten más etileno. Por lo contrario, las verduras más sensibles al etileno son las crucíferas, especialmente la col, la coliflor, el brócoli, también las zanahorias, los espárragos o la lechuga.

¡Así que muy atento a cómo guardas las frutas y tus verduras a partir de ahora!

Trucos antidesperdicio  

¿Sabes cuál es la fruta que más se desperdicia en España? Te damos dos pistas; acabamos de hablar de ella y es de color amarillo. ¡Sí, nos referimos a los plátanos! Pero no te preocupes si se te ponen un poco negros; solo quiere decir que están muy maduros y te los puedes comer igualmente. Si te sobran, tritúralos y unta una tostada, prepara unas deliciosas galletas de avena y plátano o una mouse.

“Otra opción para la mayoría de las frutas es preparar cubitos de sabores. Coge una cubitera, añade trocitos de fruta, cúbrelo con agua y ¡al congelador!”

Si eres un amante de los frutos rojos, te dejamos algunos trucos para almacenarlos correctamente: sumérgelos con agua y vinagre (tres partes de agua por una de vinagre), sécalos bien y guárdalos en un recipiente dentro de la nevera sin amontonarlos. Si lo prefieres, después de lavarlos los puedes congelar.

En el caso de los tomates puedes congelarlos a tacos para usar, posteriormente, en salsas y guisos. ¿Sabías que si congelas los tomates cherry después son mucho más fáciles de pelar?

Recetas para evitar el desperdicio de alimentos

A continuación, te damos algunas recetas para que puedas aprovechar al máximo tus verduras y reduzcas así el desperdicio alimentario.

  • Una opción muy saludable para aprovechar las verduras más maduras es preparar un humus de aprovechamiento. Utiliza verduras como la remolacha o la berenjena, añádele garbanzos, zumo de limón, comino molido, aceite de oliva y un poco de ajo y ya puedes disfrutar de tu humus.
  • Cuando una lechuga queda un poco mustia, no la tires, aprovéchala para hacer una receta antidesperdicio. ¿Qué te parece un delicioso pesto? Solo necesitas la lechuga, parmesano, frutos secos, aceite de oliva y un diente de ajo.

Descubre en este vídeo otras tres deliciosas recetas antidesperdicio:

https://youtu.be/mvnRQvl9jkI

Y tú, ¿qué trucos tienes para reducir el desperdicio alimentario?


5 iniciativas de Ada Parellada contra el desperdicio de alimentos

Ada Parellada, chef del restaurante Semproniana

Uno de cada tres alimentos que se producen, a nivel mundial, se tiran. Así de claro. Las causas son muy diversas y diferentes en cada eslabón de la cadena alimentaria, pero la consecuencia es común: un sistema alimentario desajustado provoca crisis climática, así de contundente.

Es responsabilidad de los gobiernos, de la administración, de las entidades competentes, legislar, normativizar, favorecer o penalizar, con políticas competentes, la práctica de los agentes alimentarios. Sí, son los gestores de la comunidad quienes deben velar para que se revaloren los alimentos, pero a menudo nos menospreciamos....despreciamos el poder que el consumidor tiene para cambiar el modelo alimentario. Es tan sencillo como que si el consumidor prioriza el producto de proximidad, se dejarán de importar alimentos de la otra punta del mundo; si el consumidor exige mayor producto a granel, se dejarán de envasar innecesariamente muchos productos; si el consumidor reduce el consumo de carne roja, se cuestionará la ganadería intensiva y un largo etcétera. Los consumidores debemos creer que podemos cambiar el mundo.

Y la sociedad se organiza, propone y trabaja. En este artículo presentamos una recopilación de iniciativas que actualmente están a nuestro alcance, surgidas de colectivos diversos que luchan contra el desperdicio alimentario. Os las presentamos porque queremos hacer más visible un problema que nos afecta a todos, tanto a nivel medioambiental como social y ético (con la mitad de lo que tiramos podríamos resolver el hambre crónico en el mundo), pero también os las presentamos porque nos llenan de optimismo: ¡con esta gente sólo podemos ir a mejor!

  1. Restaurante Semproniana - Gastrorecup

Una cena-denuncia contra el desperdicio alimentario. Así se define el Gastrorecup, la cita anual que organiza la chef Ada Parellada en su restaurante y que este año estaba enmarcada en la Semana para la Alimentación Sostenible de Barcelona. Esta cena aglutina el desperdicio de casi todos los eslabones de la cadena alimentaria y los transforma en platos deliciosos, sabrosos y nutritivos.

Pero no es una cena convencional: ya que no se puede elegir lo que se tira, en la cena no se puede elegir lo que se come. Y en esta pasada edición, celebrada en octubre del 2021, se añadió, además, una novedad, hubo personas a las que no se dio de cenar, ya que aleatoriamente les tocó ponerse en la piel de los más vulnerables, quienes no pueden acceder a una alimentación digna y justa.

  1. Espigoladors: En el campo

El objetivo de Espigoladors es fomentar la recolección de excedente de alimentos directamente del campo. Es una estrategia para reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario, facilitar el acceso a una alimentación adecuada para toda la población e impulsar la transformación social. El desperdicio en el campo se da por varias razones:

  • Sobreproducción
  • Alimentos de fuera de nuestras fronteras desplazan nuestra producción.
  • A menudo se deja en el campo porque no sale a cuenta cosecharlo.

 

  1. Mercabarna: Distribución mayorista

Cada año se comercializan en Mercabarna dos millones de toneladas de alimentos. De estos productos se desperdician 9 millones de kilos (el 0,5%).

El mercado mayorista ha dado un paso más contra la pérdida de alimentos y ha construido un centro de aprovechamiento de alimentos con el doble de espacio que el punto verde anterior.

El nuevo equipamiento, de 900m2, tiene una situación estratégica y unas instalaciones específicas para aumentar la recuperación y donación de alimentos.

  1. Ametller Origen. Distribución minorista

La distribución minorista sufre el desperdicio por varias razones, ya sea porque se rompen envases debido a la exposición y autoservicio de los productos, poco espacio de refrigeración, errores en los pedidos, o proximidad en las fechas de caducidad.

Ametller Origen es un claro ejemplo en este sector que pone remedio a esta problemática. Determinadas tiendas de la compañía disponen de una nevera 0% desperdicio, donde se ofrecen productos con fecha de caducidad corta a un precio más económico. Asimismo, Ametller Origen colabora con diferentes entidades sociales dando productos frescos también con fecha de caducidad corta.

  1. Too Good To Go

Esta empresa pone en contacto la distribución minorista y el consumidor. Con mucha facilidad, una persona puede adquirir a bajo precio los excedentes de productos o aquellos productos que tienen una fecha de caducidad corta. Es una muy buena forma de combatir los efectos del desperdicio y ayudar en su redistribución.