Son una de las primeras frutas con hueso de las cuales podemos disfrutar y se debe aprovechas porque su temporada es bastante corta: hablamos de las cerezas, una fruta deliciosa y muy apreciada por todo el mundo. A continuación te explicamos cómo las cultivamos para que sean tan buenas y las puedas disfrutar en su punto óptimo de sabor.
Un contraste térmico para un buen sabor
En Ametller Origen contamos con un total de 104 hectáreas de campos propios de cerezas, en 12 de las cuales tenemos árboles muy jóvenes sin producción, distribuidos entre el Penedès, Murcia y Soria. Una de las principales características de estas zonas es su altura, por encima de los 300 metros, lo que nos aporta una temperatura más baja por la noche y, por tanto, un contraste térmico que va muy bien para la cereza cuando madura.
Por otro lado, trabajamos con familias payesas asociadas que tienen el mismo amor por la tierra que nosotros y con las cuales compartimos información y conocimientos sobre técnicas de cultivo para garantizar frutas y verduras con el máximo sabor y nutrientes y un bajo impacto ambiental, siempre siguiendo nuestros estándares de calidad. En el caso de las cerezas, estas familias tienen los cultivos situados en Aragón, donde cultivan diferentes variedades de cerezas más tardías.
Cosecharlas hacia atrás y siempre con el mango
La cosecha de las cerezas es un trabajo laborioso porque las cosechamos una a una y lo hacemos con mucho cuidado para no estropearlas. El secreto de nuestros campesinos es cosecharlas hacia atrás y siempre con el mango para que se conserven mejor. Tal y como explican, las cosechan siempre a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde y, posteriormente, dado que se trata de una fruta altamente perecedera, se somete a un proceso de hydrocooling, es decir, un sistema de enfriamiento rápido que consiste en mojarlas para mantener las cerezas frescas y en buen estado antes de que lleguen a tienda. En menos de 24 horas te las llevamos del campo a tu tienda habitual para que las puedas disfrutar en su punto máximo de sabor.