El calabacín es una planta rastrera que puede llegar a medir 10 metros, con flores amarillas comestibles, son un manjar muy apreciado, y con un fruto, el calabacín, de forma alargada y piel verde oscura. Esta verdura es deliciosa, súper versátil y lo mejor, la puedes encontrar durante todo el año. A continuación te contamos cuáles son las mejoras formas de prepararlo y sus principales beneficios. ¡Vamos!
5 formas de cocinar el calabacín
- En forma de crema: ideal para el otoño. De sabor suave y ligero, es un primer plato ideal para tus comidas y cenas
- A la plancha: córtalo a láminas o a rodajas bien finitas y hazlo a la plancha con un chorrito de aceite. Una opción perfecta para acompañar un plato de carne o de pescado
- Al horno: puedes cocinarlo solo como acompañante o, por ejemplo, dentro de una quiche o una cazuelita salada. ¡Delicioso!
- Crudo: sí, sí, el calabacín también lo puedes preparar crudo en forma de carpacho o dentro de una ensalada
- Al microondas: ¿lo sabías? Los calabacines preparados al microondas quedan igual de buenos. Puedes atreverte a preparar unos calabacines rellenos con cuscús y menta. ¡Te encantarán!
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¿Qué propiedades tiene el calabacín?
El calabacín es una hortaliza súper saludable y destaca por sus numerosos beneficios. En primer lugar es muy poco calórico, pues tiene una gran cantidad de agua. Asimismo, es fuente de fibra, importante para tu tránsito intestinal y tu microbiota; además, es fuente de vitaminas, especialmente C. Para que te hagas una idea, una ración de calabacín cubre el 74% de las ingestas recomendadas de esta vitamina en un adulto de 20 a 39 años.
Te recomendamos que no peles el calabacín, pues su piel es fuente de fibra, así que lo mejor es que te lo comas con la piel, ya sea dentro de una crema, al horno o relleno. ¡No tiene sabor!