La alimentación junto con otros factores como la actividad física, nuestras emociones u otros aspectos sociales, es importantísima en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, la obesidad o algunos tipos de cánceres. Existen también otros factores que pueden contribuir a deteriorar nuestra salud como son las horas de sueño y la calidad de este. En el siguiente post te contamos cómo puede influir lo que comes en tu descanso. ¡No te lo pierdas!

La importancia de un buen descanso

El descanso es imprescindible para la salud física y mental y un sueño insuficiente y no reparador se traduce en menos rendimiento y se asocia, además, con enfermedades como la obesidad, la hipertensión o algunas patologías cardiovasculares. Está demostrado que determinados hábitos alimentarios pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso, mientras que otros tienen un impacto negativo. ¡Te lo contamos!

Alimentos para descansar mejor

  • Alimentos ricos en melatonina: como las nueces, la leche, el arroz integral, la avena o los plátanos
  • Alimentos ricos en triptófano y serotonina (imprescindibles para la formación de melatonina): los huevos, la carne o el pescado, así como los cereales integrales
  • Carbohidratos integrales: como la pasta, el arroz, la quinoa, el trigo sarraceno, los cereales
  • Frutas y hortalizas: ¡todas!

 Alimentos con un impacto negativo sobre el sueño

  • Alimentos ricos en cafeína: especialmente el café y las bebidas energizantes
  • Alimentos con muchos azúcares libres: pasteles, bollería industrial, bebidas azucaradas y zumos comerciales
  • Alimentos con muchas grasas saturadas: alimentos ultraprocesados

Dieta mediterránea y calidad del sueño

Está demostrado que los alimentos que forman parte de la dieta mediterránea como la fruta, especialmente el plátano y la piña, los lácteos, los huevos, las carnes blancas, el pescado, los frutos secos o los cereales integrales contienen cantidades suficientes de triptófano.

Asimismo, el pescado, especialmente el azul, como el salmón, el atún o las sardinas, aportan grasas de la familia de los Omega 3 que están relacionados con una mejora del sueño.  Por otro lado, comer hortalizas ya sea al mediodía o por la noche, junto con la ingesta de un mínimo de tres piezas de fruta al día, un puñado de fruta seca y el consumo de cereales integrales favorece el crecimiento de una microbiota sana en el intestino grueso con un impacto positivo sobre la calidad del sueño.

Así que recuerda comer de forma equilibrada y saludable es muy importante no solamente para prevenir determinadas enfermedades, sino también para mejorar la calidad de tu sueño.