De pulpa anaranjada, piel gruesa y sabor dulce, la calabaza es una verdura típica de otoño e invierno. Con muchas propiedades nutricionales, la forma más habitual de consumirla es en forma de crema. Sin embargo, existen otras opciones igual de deliciosas para que puedas comer esta verdura. ¡Descúbrelas!
5 formas de cocinar la calabaza
Sí, lo has leído bien, existen diferentes formas de preparar esta hortaliza. A continuación te explicamos las más comunes:
- Al horno: Corta la calabaza a daditos y échale un poco de aceite de oliva virgen extra y especies. Si lo prefieres puedes poner un poco de mantequilla. Ponla entre 40 y 50 minutos al horno a una temperatura de 180º. Pínchala con un cuchillo y cuando esté blandita déjala enfriar. Cocinada de esta forma, es ideal para una ensalada o para combinar con un poco de pasta.
- Crema: Es la forma más habitual de cocinarla y un plato perfecto ahora que llega el frío.
- Rallada: ¿Sorprendente, verdad? Queda deliciosa rallada, como si fuera una zanahoria. Ideal para ensaladas, una tortilla o para rellenar unos raviolis.
- Zumo: ¡no sabes lo que te pierdes! ¿Qué te parece un zumo de naranja, calabaza, zanahoria y un poco de jengibre? Cuécela unos 10 minutos y, una vez fría, mézclala con el resto de ingredientes.
- Salteada: Igual que preparada al horno, pero en una sartén. Córtala a trocitos pequeños, de esta forma se va cocer mejor. Después te puede servir como guarnición para acompañar cualquier plato de carne o pescado.
¿Cómo se deben consumir las semillas de calabaza?
Las semillas de la calabaza son deliciosas, además de nutritivas. Puedes comértelas crudas, previamente debes secarlas, o las puedes tostar un poco en una sartén y añadirlas en las ensaladas o como topping en una crema de verduras. Estas semillas son ricas en antioxidantes y betacarotenos; así que ya lo sabes, ¡nunca más vuelvas a tirarlas!
Propiedades nutricionales de esta verdura
La calabaza tiene un bajo aporte calórico y grasas. Destaca su cantidad de vitamina C: para que te hagas una idea, una ración de calabaza cubre un 31% de las ingestas diarias recomendadas de esta vitamina en un adulto. Asimismo, también destaca su aporte en betacaronetos, unos componentes que, según algunos estudios, pueden tener beneficios en la prevención de determinados tipos de cáncer. Los betacarotenos se transforman en vitamina A cuando llegan al organismo.