¿Sabías que las vainas de las judías verdes normalmente miden entre 10 y 13 cm de largo? Además, estas vainas pueden ser planas o redondeadas y de diferentes colores, verdes, moradas, jaspeadas de rosa, amarillas, aunque en la mayoría de los casos son de color verde. Curioso, ¿verdad? Si quieres saber más cosas sobre esta hortaliza de la familia de las leguminosas, ¡no puedes perderte el siguiente post!
Principales beneficios de las judías verdes
Esta hortaliza destaca por ser una fuente de vitamina C, un potente antioxidante, folatos, unos componentes presentes en la mayoría de verduras y hortalizas de color verde intenso y que contribuyen a la formación normal de las células y betacarotenos, que también actúan como antioxidante. Asimismo, y con respecto a los minerales, las judías verdes destacan por ser fuente de yodo, dentro del grupo de los vegetales: se calcula que una ración de judías verdes equivale al 42% de las ingestas recomendadas al día para un hombre y el 53% para una mujer.
Además, contienen pequeñas cantidades de compuestos polifenolicos, unos pigmentos que también destacan por su función antioxidante. Finalmente, como la mayoría de frutas, verduras y hortalizas contiene una cantidad importante de fibra.
En resumen, podemos afirmar que las judías verdes son un alimento que, gracias a todos sus beneficios, ayuda a nuestras células a mantenerse jóvenes y sanas. ¡Así que ya lo sabes, a comer judías verdes!
Ideales a cualquier época del año
Si bien es cierto que la forma más habitual de comer judía verde es hervida con patata, esta hortaliza es mucho más versátil; es más, puede ser ideal también en temporadas más calurosas.
Así pues, puedes probar otras recetas, como unas judías salteadas con un poco de jamón y un toque de ajo, o una crema o puré calentito de judías o un gratinado de judías verdes. Cuando haga más calor, puedes preparar ensaladas frías con judías o un nido de judías verdes con tomate y atún o unos rollitos con salmón ahumado. ¿Parece mentira que una verdura dé para tanto, verdad?
Eso sí, siempre que consumas judías, asegúrate de que sean bien frescas y tiernas. Y te preguntarás, ¿cómo lo puedo saber? Pues es bien fácil: coge la vaina y con las manos pártela por la mitad. Si se rompe fácilmente y oyes un ruido como ‘crec’, ¡están perfectas!