A pesar de que hay diferentes maneras de clasificar las carnes, la más popular y, que desde un punto de vista nutricional se utiliza, es la de clasificarlas entre carne roja y carne blanca:

  • Carne roja: aquella que tiene un color rojo intenso e incluye la carne de vaca, ternera, cordero, cabra, caballo y cerdo.
  • Carne blanca: aquella que tiene un color rosado suave e incluye las carnes de aves como el pollo, el pavo y también el conejo

Esta clasificación se basa en el contenido en mioglobina, una proteína que contiene hierro y que le da este color rojo característico. Así pues, la carne roja es mucho más alta en hierro en comparación con la blanca.

Principales propiedades de la carne roja:

Aporta una cantidad importante de proteínas de alto valor biológico (19 a 30 g por 100 g);  contiene grasas,  aunque varía en función del tipo de carne: la de cordero y de cabra son las más ricas en grasa (4 a 8%), mientras que las de ternera y vaca, las que menos contenido contienen (0,6 a 0,7%). La carne roja es también una fuente importante de minerales como el zinc, fósforo y hierro de alta biodisponibilidad. Asimismo, aporta vitaminas y destaca por su contenido las del grupo B, especialmente tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3), piridoxina (B6) y cianocobalamina (B12).

A pesar de que en los últimos años, la carne roja ha sido sujeto de muchas críticas relacionadas con la salud, estudios científicos han demostrado que este tipo de carne no es cancerígena, si bien es cierto que un consumo excesivo puede tener un riesgo para la salud. Es por eso, que hay que evitar hacer un consumo excesivo, pero en ningún momento eliminarla.

¿Cuánta carne debes consumir?

Así pues, en el marco de una alimentación saludable (basada en alimentos de origen vegetal, frescos o mínimamente procesados) se pueden consumir de 3 a 4 veces carne a la semana y de estas que un máximo de 1 a 2 sean de carne roja. En una dieta vegana se puede sustituir la parte proteica por otro alimento.