¿Sabes cuáles son los beneficios de las sardinas? Este pescado, pertenece al grupo de los pescados azules y se caracteriza por tener un elevado contenido en grasa, principalmente de la familia Omega 3. De hecho, comparadas con otros pescados azules son de los pescados con mayor contenido en Omega 3. Una ración de sardinas (125 g) casi cubre el 100% de las necesidades recomendadas de consumo de grasas diarias.
Aunque pueda parecer contradictorio, debes saber que tanto las sardinas en lata como las sardinas consumidas frescas tienen los mismos beneficios. Pese a esto, las sardinas en lata son más ricas en calcio. ¿Sabes por qué?
¿Por qué las sardinas en lata tienen más calcio que las sardinas frescas?
Una sardina fresca contiene, aproximadamente, unos 50 mg de calcio por cada 100 g. En cambio, las sardinas en lata -siempre que se conserve la espina-, tienen entre 200 mg i 250 mg. La razón se encuentra en el tratamiento térmico al cual se somete la sardina para prepararla en conserva, que hace que la espina se ablande y una parte del calcio pase a la carne. Además, las sardinas contienen también vitamina D, imprescindible para que el calcio se absorba de manera óptima para tus huesos. Y recuerda, ¡cómete siempre que puedas la espina!
8 beneficios de las sardinas en lata
- Su alto contenido en proteínas contribuye a un buen desarrollo muscular y el sistema inmunitario.
- La vitamina B3, por su parte, no sólo contribuye a reducir el colesterol, sino que también destaca por su capacidad para su papel preventivo en enfermedades como la artritis
- En cuanto a la vitamina B12, también conocida como cobalamina, juega un papel relevante en la protección cardiovascular, en la prevención de algunas anemias y, además, desempeña un papel crucial en la producción de sustancias químicas cerebrales que pueden ayudar a reducir el riesgo de depresión.
- El alto contenido de calcio en las sardinas contribuye significativamente a mejorar la calidad de los huesos.
- El yodo presente en este pescado ayuda a regular el nivel de energía y el funcionamiento celular, fortaleciendo no sólo la salud interna, sino también la apariencia de cabello, piel y uñas.
- La vitamina D, una vitamina que contribuye a la mejora del sistema inmune, destaca en las sardinas en conserva. La vitamina D también se relaciona con la prevención de algunos tipos de cáncer.
- Además, el fósforo en las sardinas favorece la salud ósea y dental, mantiene el equilibrio del pH de la piel y mejora funciones biológicas cerebrales, destacando su papel integral en el bienestar general.
- Por último, los ácidos grasos omega-3 presentes en las sardinas en lata, comunes en los pescados azules, son reconocidos por los efectos beneficiosos para la salud cardiovascular, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y anticoagulantes.
Asimismo, las sardinas han demostrado ser aliadas en la lucha contra la diabetes, al tiempo que contribuyen a la reducción del colesterol y los triglicéridos, siendo un alimento completo y saludable para diversos aspectos de la salud.