Septiembre es sinónimo de higos, una de las frutas de temporada más apreciadas, deliciosas y dulces. ¿Quién se puede resistir a esta fruta de consistencia blanda y forma redondeada u ovalada? Nadie, ¡estamos seguros! A continuación te explicamos cómo las cultivamos y cuál es nuestro secreto para que sean tan buenas.
El cultivo de los higos
Actualmente, en Ametller Origen tenemos plantadas higueras en nuestros campos. Concretamente, cultivamos las variedades de Coll de dama, con la parte superior o cuello alargado y de un color más violeta oscuro, y la variedad Colar, de color negro y que también dan brevas, el primer fruto del verano de la higuera.
¿Qué hace únicos nuestros higos?
Nuestros campesinos cosechan los higos siempre por la mañana, en concreto desde primera hora y, aproximadamente, hasta la una del mediodía. Y lo hacen así para evitar las horas de máximo calor, que lo que hacen es calentar los higos y estresarlos, de forma que se pueden echar a perder. Por otro lado, los cosechan manualmente uno a uno, porque de este modo y, a través del tacto, pueden saber cuándo están en su punto óptimo de maduración, más allá del color y el peso. Y es que siempre dejamos que la fruta madure al árbol para ofrecer, en este caso, unos higos muy dulces y buenos y en su punto para su consumo.
Una vez cosechados, los llevamos al almacén y revisamos que estén bien, descartando aquellos que están comidos o rotos y, posteriormente, los encajamos con cuidado, dada su delicadeza, para enviarlos directamente a tienda en menos de 12 h. De este modo, nos aseguramos que nuestros consumidores disfrutan de un higo fresco, dulce, delicioso y acabado de salir del campo.
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